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A solo unos kilómetros al sur de Valladolid, entre los ríos Pisuerga y Duero, se encuentra Laguna de Duero, un encantador municipio con un fuerte vínculo con la naturaleza y una historia rica en tradiciones que continúan vigentes en la vida de sus habitantes. Situado en la provincia de Castilla y León, este pueblo ha sabido adaptarse a los tiempos modernos sin perder el carácter propio de sus raíces agrícolas y ganaderas. Desde los campos de cereal y viñedos hasta sus celebraciones únicas y espacios naturales, Laguna de Duero invita a sumergirse en su esencia castellanoleonesa y en sus contrastes de antaño y ahora.
Laguna de Duero cuenta con un patrimonio arquitectónico que es testigo de su historia y espiritualidad. Uno de sus edificios más emblemáticos es la ermita de Nuestra Señora del Villar, cuya construcción se remonta al siglo XVI. Situada en un paraje natural, su fachada principal data del siglo XVII y su altar mayor está presidido por un magnífico retablo barroco. Sin embargo, lo que más atrae a los devotos y visitantes es la imagen de la Virgen del Villar, una talla románica del siglo XIV que es considerada la patrona de la localidad. La veneración hacia la Virgen del Villar es tan profunda que, en septiembre, la población celebra en su honor las fiestas patronales, donde se mezcla la fe y el fervor con las festividades populares.
A pocos pasos de la ermita, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción es otro testimonio de la herencia religiosa de Laguna de Duero. Este edificio gótico del siglo XIV, construido en piedra, destaca por su imponente estructura de tres naves, cubiertas con bóvedas de crucería que se elevan majestuosas hacia el cielo. En su interior, una atmósfera de calma y misticismo envuelve a quienes visitan el templo. Su Retablo Mayor, traído desde el desaparecido convento de San Francisco de Valladolid, es una obra de arte que enriquece la iglesia junto a diversas esculturas de los siglos XVI al XVIII. Uno de los elementos más singulares es el Cristo de los Trabajos, una impactante talla en madera policromada, atribuida a los renombrados escultores Juan de Juni y Gregorio Fernández. Esta imagen, admirada por su detalle y expresividad, forma parte de las procesiones de Semana Santa, siendo un símbolo de la devoción vallisoletana que reúne cada año a creyentes y visitantes.
El ayuntamiento de Laguna de Duero, ubicado en la Plaza Mayor, también merece una mención. Construido en ladrillo, conserva la elegancia de la arquitectura castellana tradicional, con un zócalo y detalles en piedra que destacan en la fachada. El edificio cuenta con dos plantas y siete balcones adornados con forja, desde donde se vive de cerca el pulso de las celebraciones populares y eventos cívicos que dan vida a la comunidad.
Laguna de Duero no solo ofrece historia; también brinda espacios naturales donde la vegetación autóctona y la fauna encuentran un refugio ideal. Entre sus lugares más destacados está el Pinar de Los Valles, una extensa zona de pinos piñoneros y resinero que se extiende alrededor del pueblo. Este paraje se convierte en un punto de encuentro para los vecinos durante el Día de la Vieja, una celebración peculiar en plena Cuaresma donde, según la tradición, los habitantes descansaban del ayuno y la abstinencia, celebrando una tregua con una merienda campestre. Hoy en día, esta festividad reúne a familias y amigos, y especialmente a los jóvenes del municipio, quienes aprovechan para disfrutar de una jornada de convivencia y diversión en la naturaleza.
Además de los pinares, Laguna de Duero cuenta con un atractivo adicional: el canal del Duero. Este canal, construido en el siglo XIX con el objetivo de abastecer de agua a Valladolid, bordea el pueblo, creando un espacio natural perfecto para el esparcimiento y el paseo. Las riberas del canal están adornadas con una variada vegetación que incluye desde pinos hasta encinas y plantas aromáticas como el tomillo y el cantueso, creando un paisaje lleno de color y aroma durante la primavera y el verano.
Para los amantes de la observación de fauna, el municipio es hogar de diversas especies. Entre los mamíferos que se pueden avistar se encuentran conejos, liebres y zorros, así como aves como perdices, gorriones y jilgueros. En las aguas de la acequia y el canal, que se utilizan para el riego desde principios del siglo XX, también es posible encontrar peces como carpas. Este entorno, en constante evolución, hace de Laguna de Duero un lugar idóneo para quienes disfrutan del contacto directo con la naturaleza.
Laguna de Duero es también un lugar donde la cultura y las tradiciones se viven con intensidad. Las fiestas patronales en honor a la Virgen del Villar son uno de los eventos más esperados, donde se combinan actos religiosos con festejos populares que atraen a vecinos y visitantes. La música, las procesiones y las actividades lúdicas inundan las calles de alegría y color en una celebración que muestra el carácter hospitalario de la comunidad.
Sin embargo, entre las festividades de Laguna de Duero, la más pintoresca es el ya mencionado Día de la Vieja, una tradición arraigada que conserva su misterio. Según el historiador Javier Palomar en su libro "Laguna de memoria", este día nace de una antigua costumbre en la que la Cuaresma se representaba con una figura de una anciana de siete piernas, una por cada semana de ayuno. Cada siete días, los vecinos "cortaban" simbólicamente una pierna, y a mitad de la cuaresma, aprovechaban para hacer un paréntesis y celebrarlo con una fiesta en el campo. En la actualidad, tanto niños como adultos acuden al Pinar de Los Valles al salir de la escuela o del trabajo para compartir una merienda y disfrutar de la naturaleza, perpetuando una tradición singular y genuina.
En respuesta a su crecimiento demográfico y las demandas de una población cada vez más activa, Laguna de Duero también ha desarrollado nuevas infraestructuras y espacios para el disfrute y la vida social. Entre ellos se encuentra la moderna Iglesia de San Pedro Regalado y la Casa de las Artes, un centro cultural que acoge diversos eventos artísticos y actividades recreativas para todos los públicos. La Casa de Cultura, conocida popularmente como "El Hotel", es otra de las joyas de la comunidad; adquirida por el Ayuntamiento en 1986, hoy alberga la Biblioteca Pública Municipal y se ha convertido en un espacio esencial para la vida cultural del municipio.
Laguna de Duero es, en definitiva, un lugar donde la historia y la modernidad coexisten en armonía. Con sus paisajes naturales, su arquitectura religiosa y sus festividades singulares, este pueblo invita a adentrarse en la esencia de Castilla y León, ofreciendo al visitante la oportunidad de descubrir su encanto en cada rincón y cada tradición.
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